Lejos del centro del viejo pueblo agrícola.
Al pie de la primera estación francesa de deportes de invierno de la historia.
Allí, pasando por carreteras y caminos, se llega a una aldea apartada.
Diez chalés típicos de la zona
dialogan con el Mont Blanc, la montaña más alta de los Alpes.
Sus habitaciones, restaurantes y spa, recién renovados, lo contemplan.
Y dominándolo todo
El macizo impone sus vistas.
Las estrellas se han alineado:
llegó la hora de refugiarse, de deslizarse, de respirar, de contemplar...
Lejos del centro del viejo pueblo agrícola. Al pie de la primera estación francesa de deportes de invierno de la historia. Allí, pasando por carreteras y caminos, se llega a una aldea apartada. Diez chalés típicos de la zona dialogan con el Mont Blanc, la montaña más alta de los Alpes. Sus habitaciones, restaurantes y spa, recién renovados, lo contemplan. Y dominándolo todo El macizo impone sus vistas. Las estrellas se han alineado: llegó la hora de refugiarse, de deslizarse, de respirar, de contemplar...