HOTEL BOUTIQUE Y EXPERIENCIAS EN LOS ALPES SUIZOS, WENGEN Y EL OBERLAND BERNÉS

En el suroeste de Suiza, el Oberland bernés despliega un paisaje alpino de una belleza casi irreal. En esta tierra de escenarios de cuento, dominada por las imponentes cumbres del Mönch, el Eiger y el Jungfrau, cada vista es una fuente de inspiración: desde picos majestuosos y valles profundos hasta glaciares esculpidos, lagos cristalinos, cascadas atronadoras y aldeas tradicionales de montaña.

Escapa a este rincón de paraíso en los Alpes suizos con Beaumier…

En el suroeste de Suiza, el Oberland bernés despliega un paisaje alpino de una belleza casi irreal. En esta tierra de escenarios de cuento, dominada por las imponentes cumbres del Mönch, el Eiger y el Jungfrau, cada vista es una fuente de inspiración: desde picos majestuosos y valles profundos hasta glaciares esculpidos, lagos cristalinos, cascadas atronadoras y aldeas tradicionales de montaña.

Escapa a este rincón de paraíso en los Alpes suizos con Beaumier…

¿QUÉ HACE TAN ESPECIAL A ESTE DESTINO?


Uno de los paisajes más icónicos de los Alpes suizos es, sin duda, el trío de picos alpinos formado por el Eiger (el ogro), el Mönch (el monje) y la Jungfrau (la doncella). A sus pies se extiende el valle de Lauterbrunnen, encajado entre acantilados verticales y salpicado por cascadas que se precipitan al vacío, mientras que en lo alto se alza el Jungfraujoch (conocido como la «Cumbre de Europa»), al que se accede en un legendario tren cremallera que atraviesa el mismísimo Eiger. En este entorno único se encuentra Wengen, un pintoresco pueblo sin coches, suspendido sobre una soleada meseta. Un destino perfecto para quienes prefieren explorar a su ritmo, ya sea a pie, en bicicleta o deslizándose en trineo.

El Grand Hotel Belvedere se integra de forma natural en este armonioso paisaje alpino. Frente a las cumbres nevadas, este refugio excepcional invita a disfrutar de una estancia inolvidable, donde cada instante queda grabado en la memoria.

 Uno de los paisajes más icónicos de los Alpes suizos es, sin duda, el trío de picos alpinos formado por el Eiger (el ogro), el Mönch (el monje) y la Jungfrau (la doncella). A sus pies se extiende el valle de Lauterbrunnen, encajado entre acantilados verticales y salpicado por cascadas que se precipitan al vacío, mientras que en lo alto se alza el Jungfraujoch (conocido como la «Cumbre de Europa»), al que se accede en un legendario tren cremallera que atraviesa el mismísimo Eiger. En este entorno único se encuentra Wengen, un pintoresco pueblo sin coches, suspendido sobre una soleada meseta. Un destino perfecto para quienes prefieren explorar a su ritmo, ya sea a pie, en bicicleta o deslizándose en trineo.

El Grand Hotel Belvedere se integra de forma natural en este armonioso paisaje alpino. Frente a las cumbres nevadas, este refugio excepcional invita a disfrutar de una estancia inolvidable, donde cada instante queda grabado en la memoria.

¿POR QUÉ VISITAR ESTA REGIÓN?


Situado en la ladera de la montaña, Wengen se alcanza desde Lauterbrunnen a bordo del legendario tren cremallera de la línea Wengernalp. Durante el trayecto, el paisaje se abre como una ventana a otro mundo: un espectáculo natural que asombra a cada paso.


VISTAS LEGENDARIAS

La montaña promete aventuras inolvidables, como las rutas de alpinismo por el Eiger Trail, que acercan a la imponente cara norte de esta montaña mítica. O las caminatas por la zona de Jungfrau, donde la serenidad y las alturas vertiginosas se funden en senderos con vistas espectaculares como única compañía.


LOS PLACERES DE LOS ALPES, TODO EL AÑO

Cuando llega el invierno, las laderas cubiertas de nieve llaman a los amantes de los deportes de invierno. Las emblemáticas carreras de la Copa del Mundo de esquí de Lauberhorn llenan de emoción las pistas de Wengen en un ambiente tan competitivo como festivo. Más allá de Wengen, otras estaciones suizas ofrecen su propio repertorio de encantos: pistas amplias con vistas infinitas y cada detalle pensado para el confort de los esquiadores: señalización clara, zonas de descanso panorámicas, taquillas calefactadas, servicios prémium y mucho más. Una experiencia fluida y cuidada, con instalaciones de primer nivel donde el disfrute y la relajación son siempre protagonistas. Con los días cálidos, la nieve se retira, las cascadas rugen con fuerza y los senderos florecen. Las caminatas en primavera, verano u otoño ofrecen una nueva mirada al paisaje: más íntima, más suave. Un renacer en cada paso.

 Situado en la ladera de la montaña, Wengen se alcanza desde Lauterbrunnen a bordo del legendario tren cremallera de la línea Wengernalp. Durante el trayecto, el paisaje se abre como una ventana a otro mundo: un espectáculo natural que asombra a cada paso.

 VISTAS LEGENDARIAS

La montaña promete aventuras inolvidables, como las rutas de alpinismo por el Eiger Trail, que acercan a la imponente cara norte de esta montaña mítica. O las caminatas por la zona de Jungfrau, donde la serenidad y las alturas vertiginosas se funden en senderos con vistas espectaculares como única compañía.

 LOS PLACERES DE LOS ALPES, TODO EL AÑO

Cuando llega el invierno, las laderas cubiertas de nieve llaman a los amantes de los deportes de invierno. Las emblemáticas carreras de la Copa del Mundo de esquí de Lauberhorn llenan de emoción las pistas de Wengen en un ambiente tan competitivo como festivo. Más allá de Wengen, otras estaciones suizas ofrecen su propio repertorio de encantos: pistas amplias con vistas infinitas y cada detalle pensado para el confort de los esquiadores: señalización clara, zonas de descanso panorámicas, taquillas calefactadas, servicios prémium y mucho más. Una experiencia fluida y cuidada, con instalaciones de primer nivel donde el disfrute y la relajación son siempre protagonistas. Con los días cálidos, la nieve se retira, las cascadas rugen con fuerza y los senderos florecen. Las caminatas en primavera, verano u otoño ofrecen una nueva mirada al paisaje: más íntima, más suave. Un renacer en cada paso.

UNA CULTURA VIBRANTE

Rica en tradiciones, esta región propone experiencias alpinas auténticas guiadas por expertos locales, artesanos y productores. Aquí, las costumbres cobran vida con el profundo y melancólico sonido del cuerno alpino, el canto vibrante del yodel y las numerosas fiestas de montaña que capturan la esencia más alegre del Oberland.


COCINA ALPINA

La gastronomía alpina suiza sigue el ritmo de las estaciones. Ya sea en refugios gourmet o en acogedoras cabañas de montaña, la comida se comparte: fondue de queso suizo, rösti recién hecho, tartas rústicas repletas de fruta de temporada... Tras las aventuras al aire libre, los platos berneses reconfortan cuerpo y alma, acompañados de vinos regionales cuidadosamente seleccionados.

UNA CULTURA VIBRANTE

Rica en tradiciones, esta región propone experiencias alpinas auténticas guiadas por expertos locales, artesanos y productores. Aquí, las costumbres cobran vida con el profundo y melancólico sonido del cuerno alpino, el canto vibrante del yodel y las numerosas fiestas de montaña que capturan la esencia más alegre del Oberland.

 COCINA ALPINA

La gastronomía alpina suiza sigue el ritmo de las estaciones. Ya sea en refugios gourmet o en acogedoras cabañas de montaña, la comida se comparte: fondue de queso suizo, rösti recién hecho, tartas rústicas repletas de fruta de temporada... Tras las aventuras al aire libre, los platos berneses reconfortan cuerpo y alma, acompañados de vinos regionales cuidadosamente seleccionados.

9 LUGARES IMPRESCINDIBLES EN EL OBERLAND BERNÉS


SCHYNIGE PLATTE, UNA AVENTURA ALPINA CON SABOR RETRO

Desde 1893, el tren cremallera de Schynige Platte serpentea lentamente por la ladera, en un viaje que parece detenido en el tiempo. El paisaje se despliega como una sucesión de postales: prados floridos, bosques perfumados, chalets tradicionales y, al fondo, los lagos de Brienz y Thun. Al llegar, a más de 2 000 metros de altitud, la naturaleza se muestra en todo su esplendor: jardines botánicos con más de 600 especies y formaciones rocosas que evocan mundos de fantasía.


LAUTERBRUNNEN Y SUS 72 CASCADAS

Con sus acantilados verticales, aldeas de postal y 72 cascadas, el valle de Lauterbrunnen es uno de los paisajes más espectaculares de Suiza. Esculpido por antiguos glaciares en forma de U perfecta, inspiró a Tolkien en la creación de Rivendel. En el corazón del pueblo, la Staubbach se precipita casi 300 metros detrás de la pequeña iglesia, formando una imagen icónica. En las Trümmelbach, el agua muestra toda su fuerza: estas cascadas subterráneas, accesibles en ascensor, desatan hasta 20 000 litros por segundo. Un recorrido de 400 metros de galerías, pasarelas y miradores, realzado por efectos de luz, revela las entrañas de la montaña.


EXCURSIÓN AL JUNGFRAUJOCH, LA CUMBRE DE EUROPA

Un viaje inolvidable a bordo de un tren cremallera suizo que asciende por la cara norte del Eiger hasta alcanzar la estación más alta de Europa. A 3 454 metros de altitud, donde el aire se vuelve fino y reina el silencio, se despliega una panorámica imponente sobre los picos alpinos y el glaciar de Aletsch.

 SCHYNIGE PLATTE, UNA AVENTURA ALPINA CON SABOR RETRO

Desde 1893, el tren cremallera de Schynige Platte serpentea lentamente por la ladera, en un viaje que parece detenido en el tiempo. El paisaje se despliega como una sucesión de postales: prados floridos, bosques perfumados, chalets tradicionales y, al fondo, los lagos de Brienz y Thun. Al llegar, a más de 2 000 metros de altitud, la naturaleza se muestra en todo su esplendor: jardines botánicos con más de 600 especies y formaciones rocosas que evocan mundos de fantasía.

 LAUTERBRUNNEN Y SUS 72 CASCADAS

Con sus acantilados verticales, aldeas de postal y 72 cascadas, el valle de Lauterbrunnen es uno de los paisajes más espectaculares de Suiza. Esculpido por antiguos glaciares en forma de U perfecta, inspiró a Tolkien en la creación de Rivendel. En el corazón del pueblo, la Staubbach se precipita casi 300 metros detrás de la pequeña iglesia, formando una imagen icónica. En las Trümmelbach, el agua muestra toda su fuerza: estas cascadas subterráneas, accesibles en ascensor, desatan hasta 20 000 litros por segundo. Un recorrido de 400 metros de galerías, pasarelas y miradores, realzado por efectos de luz, revela las entrañas de la montaña.

 EXCURSIÓN AL JUNGFRAUJOCH, LA CUMBRE DE EUROPA

Un viaje inolvidable a bordo de un tren cremallera suizo que asciende por la cara norte del Eiger hasta alcanzar la estación más alta de Europa. A 3 454 metros de altitud, donde el aire se vuelve fino y reina el silencio, se despliega una panorámica imponente sobre los picos alpinos y el glaciar de Aletsch.

MÜRREN Y GIMMELWALD, ALDEAS SUSPENDIDAS

Mürren y Gimmelwald parecen desafiar la gravedad desde sus privilegiadas ubicaciones en la montaña. Estos dos pueblos tradicionales sin coches solo se alcanzan en teleférico, lo que convierte el trayecto en parte de la experiencia. La llegada es mágica: aire puro, silencio y la sensación de estar muy lejos del mundo. Mürren se extiende como un balcón sobre los gigantes del Oberland, con el Eiger, el Mönch y la Jungfrau al frente. A pocos pasos, Gimmelwald es un mosaico de chalets floridos, granjas alpinas y prados en pendiente. Un lugar con encanto atemporal donde pasear entre graneros, respirar el aroma de la madera calentada por el sol y contemplar las impresionantes vistas de los Alpes suizos.

INTERLAKEN, ENTRE DOS LAGOS

Rodeada por aguas turquesa y cumbres nevadas, Interlaken es la puerta de entrada a la región de Jungfrau. El punto de partida perfecto para quienes visitan el Oberland bernés por primera vez.


GRINDELWALD, DE CHALETS FLORIDOS A CUMBRES IMPONENTES

Grindelwald parece sacado de una postal: chalets adornados con flores rojas, enmarcados por picos majestuosos. Más íntimo que Interlaken, este pueblo encarna el espíritu alpino de Suiza. Desde el corazón del macizo del Jungfrausu, un teleférico lleva al mirador de Grindelwald First, a más de 2 000 metros de altitud, donde aguardan unas de las vistas más espectaculares de los Alpes. Desde allí, un sendero lleva al lago Bachalpsee, con una panorámica inolvidable del Eiger. Para quienes buscan emociones fuertes, la pasarela First Cliff Walk (una estrecha pasarela metálica que serpentea por el acantilado) pone a prueba el vértigo y la tirolina First Flyer ofrece un vertiginoso descenso sobre los prados alpinos.

MÜRREN Y GIMMELWALD, ALDEAS SUSPENDIDAS

Mürren y Gimmelwald parecen desafiar la gravedad desde sus privilegiadas ubicaciones en la montaña. Estos dos pueblos tradicionales sin coches solo se alcanzan en teleférico, lo que convierte el trayecto en parte de la experiencia. La llegada es mágica: aire puro, silencio y la sensación de estar muy lejos del mundo. Mürren se extiende como un balcón sobre los gigantes del Oberland, con el Eiger, el Mönch y la Jungfrau al frente. A pocos pasos, Gimmelwald es un mosaico de chalets floridos, granjas alpinas y prados en pendiente. Un lugar con encanto atemporal donde pasear entre graneros, respirar el aroma de la madera calentada por el sol y contemplar las impresionantes vistas de los Alpes suizos.

INTERLAKEN, ENTRE DOS LAGOS

Rodeada por aguas turquesa y cumbres nevadas, Interlaken es la puerta de entrada a la región de Jungfrau. El punto de partida perfecto para quienes visitan el Oberland bernés por primera vez.

 GRINDELWALD, DE CHALETS FLORIDOS A CUMBRES IMPONENTES

Grindelwald parece sacado de una postal: chalets adornados con flores rojas, enmarcados por picos majestuosos. Más íntimo que Interlaken, este pueblo encarna el espíritu alpino de Suiza. Desde el corazón del macizo del Jungfrausu, un teleférico lleva al mirador de Grindelwald First, a más de 2 000 metros de altitud, donde aguardan unas de las vistas más espectaculares de los Alpes. Desde allí, un sendero lleva al lago Bachalpsee, con una panorámica inolvidable del Eiger. Para quienes buscan emociones fuertes, la pasarela First Cliff Walk (una estrecha pasarela metálica que serpentea por el acantilado) pone a prueba el vértigo y la tirolina First Flyer ofrece un vertiginoso descenso sobre los prados alpinos.

RUTA A PIE DEL EIGER AL LAGO FALLBODENSEE

Desde las nieves eternas del glaciar del Eiger, un sendero fácil conduce al paso de montaña Kleine Scheidegg. A lo largo del camino, la cabaña Mittellegi, el lago Fallboden de aguas cristalinas y las vistas panorámicas de los picos lejanos ofrecen momentos para detenerse y contemplar. Para volver, nada mejor que subirse al Wengernalpbahn, el tren cremallera más largo del mundo, que recorre el paisaje alpino con sus grandes ventanales y su elegancia de la belle époque.

MÄNNLICHEN, UNA VISTA DE 360°

Eiger, Mönch, Jungfrau, el valle de Lauterbrunnen, la cascada de Staubbach… Todo el esplendor alpino suizo se contempla desde este espectacular mirador, al que se llega cómodamente en teleférico desde Wengen.

EL PUEBLO DE WENGEN

A 1 274 metros de altitud, Wengen vive en armonía con las estaciones y sus tradiciones. Completamente peatonal y sin coches, ofrece 500 km de rutas de senderismo y 100 km de pistas de esquí. Un destino ideal para una escapada de bienestar en Suiza, o para una estancia pausada en plena naturaleza.

RUTA A PIE DEL EIGER AL LAGO FALLBODENSEE

Desde las nieves eternas del glaciar del Eiger, un sendero fácil conduce al paso de montaña Kleine Scheidegg. A lo largo del camino, la cabaña Mittellegi, el lago Fallboden de aguas cristalinas y las vistas panorámicas de los picos lejanos ofrecen momentos para detenerse y contemplar. Para volver, nada mejor que subirse al Wengernalpbahn, el tren cremallera más largo del mundo, que recorre el paisaje alpino con sus grandes ventanales y su elegancia de la belle époque.

MÄNNLICHEN, UNA VISTA DE 360°

Eiger, Mönch, Jungfrau, el valle de Lauterbrunnen, la cascada de Staubbach… Todo el esplendor alpino suizo se contempla desde este espectacular mirador, al que se llega cómodamente en teleférico desde Wengen.

EL PUEBLO DE WENGEN

A 1 274 metros de altitud, Wengen vive en armonía con las estaciones y sus tradiciones. Completamente peatonal y sin coches, ofrece 500 km de rutas de senderismo y 100 km de pistas de esquí. Un destino ideal para una escapada de bienestar en Suiza, o para una estancia pausada en plena naturaleza.

GRAND HOTEL BELVEDERE, UN HOTEL BEAUMIER EN WENGEN


Situado por encima del valle de Lauterbrunnen, con vistas privilegiadas al Jungfrau, el Grand Hotel Belvedere combina la elegancia refinada de los históricos hoteles suizos con la sencillez de un refugio dedicado a los placeres esenciales de la vida. Esta joya de principios del siglo XX aúna el esplendor de la belle époque con el encanto discreto de un hotel boutique en el corazón de los Alpes.

Inspirados en el entorno alpino, sus interiores presentan suelos de parqué de abeto, paredes encaladas, tejidos de lana y baños de granito verde. Todos los materiales han sido trabajados por artesanos locales para crear espacios cálidos y acogedores, donde cada detalle refleja las montañas que lo rodean.

Cada estación transforma la experiencia en el Grand Hotel Belvedere. En verano, los senderos parten desde la propia terraza, entre prados alpinos. En invierno, las pistas están a pocos pasos para unas vacaciones activas en los Alpes suizos. Tras la aventura, llega el descanso: el spa Susanne Kaufmann, con piscinas climatizadas interiores y exteriores, sauna y zona de bienestar con vistas a los picos, ofrece una pausa perfecta en armonía con la naturaleza.

La cocina local es también protagonista. La Brasserie Belvedere combina ingredientes de proximidad con recetas clásicas reinterpretadas. El restaurante Waldrand propone platos de montaña para compartir, acompañados de vinos suizos e internacionales, en un ambiente acogedor y contemporáneo. En el salón Belvi y el bar Bergwald se sirven cafés de especialidad, infusiones caseras y cócteles de autor desde la mañana hasta la noche. Y cuando brilla el sol, la terraza Sonnenbad es el lugar ideal para almuerzos distendidos con pizzas caseras, verduras asadas al fuego y carnes o pescados a la parrilla. A la hora del aperitivo, el paisaje alpino se anima con sesiones de DJ y música en directo.

 Situado por encima del valle de Lauterbrunnen, con vistas privilegiadas al Jungfrau, el Grand Hotel Belvedere combina la elegancia refinada de los históricos hoteles suizos con la sencillez de un refugio dedicado a los placeres esenciales de la vida. Esta joya de principios del siglo XX aúna el esplendor de la belle époque con el encanto discreto de un hotel boutique en el corazón de los Alpes.

Inspirados en el entorno alpino, sus interiores presentan suelos de parqué de abeto, paredes encaladas, tejidos de lana y baños de granito verde. Todos los materiales han sido trabajados por artesanos locales para crear espacios cálidos y acogedores, donde cada detalle refleja las montañas que lo rodean.

Cada estación transforma la experiencia en el Grand Hotel Belvedere. En verano, los senderos parten desde la propia terraza, entre prados alpinos. En invierno, las pistas están a pocos pasos para unas vacaciones activas en los Alpes suizos. Tras la aventura, llega el descanso: el spa Susanne Kaufmann, con piscinas climatizadas interiores y exteriores, sauna y zona de bienestar con vistas a los picos, ofrece una pausa perfecta en armonía con la naturaleza.

La cocina local es también protagonista. La Brasserie Belvedere combina ingredientes de proximidad con recetas clásicas reinterpretadas. El restaurante Waldrand propone platos de montaña para compartir, acompañados de vinos suizos e internacionales, en un ambiente acogedor y contemporáneo. En el salón Belvi y el bar Bergwald se sirven cafés de especialidad, infusiones caseras y cócteles de autor desde la mañana hasta la noche. Y cuando brilla el sol, la terraza Sonnenbad es el lugar ideal para almuerzos distendidos con pizzas caseras, verduras asadas al fuego y carnes o pescados a la parrilla. A la hora del aperitivo, el paisaje alpino se anima con sesiones de DJ y música en directo.

DESCUBRE LOS ALPES SUIZOS AL ESTILO BEAUMIER


Cada destino Beaumier ofrece una manera distinta de viajar, conectada profundamente con la naturaleza, las personas y la cultura local. En Wengen, esto se traduce en días tranquilos que comienzan o terminan con sesiones de yoga. En la cocina, la experiencia continúa con talleres prácticos inspirados en los sabores locales: una tarta Tatin con un toque de pera en el jardín de invierno, pasta fresca hecha a mano o recolección de setas del bosque seguida de una cena donde las protagonistas son ellas. Antes de cenar, el bar se convierte en punto de encuentro para aprender los secretos de la mixología con licores locales e infusiones caseras. En invierno, nuevas experiencias te esperan: caminatas hasta una cabaña de montaña para disfrutar de una fondue o paseos nocturnos en trineo iluminados con antorchas. En los días soleados, descubre un sendero secreto que conduce a un banco escondido con vistas panorámicas, cesta de picnic en mano. O captura la luz perfecta con la ayuda de un fotógrafo experimentado. Cada una de estas vivencias está impregnada de una intención clara: tomarse su tiempo, saborear cada instante y establecer un vínculo profundo con la montaña.

Así es el Oberland bernés al estilo Beaumier, una invitación a redescubrir los Alpes suizos desde una nueva perspectiva, en un entorno extraordinario que se convierte en el escenario de tu propia historia.

 Cada destino Beaumier ofrece una manera distinta de viajar, conectada profundamente con la naturaleza, las personas y la cultura local. En Wengen, esto se traduce en días tranquilos que comienzan o terminan con sesiones de yoga. En la cocina, la experiencia continúa con talleres prácticos inspirados en los sabores locales: una tarta Tatin con un toque de pera en el jardín de invierno, pasta fresca hecha a mano o recolección de setas del bosque seguida de una cena donde las protagonistas son ellas. Antes de cenar, el bar se convierte en punto de encuentro para aprender los secretos de la mixología con licores locales e infusiones caseras. En invierno, nuevas experiencias te esperan: caminatas hasta una cabaña de montaña para disfrutar de una fondue o paseos nocturnos en trineo iluminados con antorchas. En los días soleados, descubre un sendero secreto que conduce a un banco escondido con vistas panorámicas, cesta de picnic en mano. O captura la luz perfecta con la ayuda de un fotógrafo experimentado. Cada una de estas vivencias está impregnada de una intención clara: tomarse su tiempo, saborear cada instante y establecer un vínculo profundo con la montaña.  Así es el Oberland bernés al estilo Beaumier, una invitación a redescubrir los Alpes suizos desde una nueva perspectiva, en un entorno extraordinario que se convierte en el escenario de tu propia historia.