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La luz de la Costa Azul se refleja en las aguas azules del Mediterráneo, bañando calas escondidas, playas doradas y pueblos de color miel. Esta luz única, fuente de inspiración para innumerables artistas, es la esencia misma de ese inconfundible aroma a vacaciones. En esta región fértil y diversa, donde los paisajes majestuosos se extienden desde el interior hasta el litoral y la naturaleza exhibe su supremacía, aguardan un sinfín de descubrimientos.
La luz de la Costa Azul se refleja en las aguas azules del Mediterráneo, bañando calas escondidas, playas doradas y pueblos de color miel. Esta luz única, fuente de inspiración para innumerables artistas, es la esencia misma de ese inconfundible aroma a vacaciones. En esta región fértil y diversa, donde los paisajes majestuosos se extienden desde el interior hasta el litoral y la naturaleza exhibe su supremacía, aguardan un sinfín de descubrimientos.
La región del macizo del Estérel, con sus montañas rocosas de color rojizo que descienden hasta las aguas centelleantes, es una de las joyas de la corona de la Costa Azul. Sus paisajes ofrecen impresionantes vistas al mar y son el punto de partida ideal para explorar el sur de Francia: baños en calas solitarias, paseos por fragantes brezales, excursiones en barco por la emblemática Corniche d'Or... Es aquí, en este entorno virgen, donde Les Rouches Rouges se erige con discreción y elegancia. Además de su privilegiada ubicación en Saint-Raphaël, el hotel cuenta con un embarcadero privado y acceso directo al mar para permitir una inmersión aún más profunda en la naturaleza. Bañado por el sol y a orillas del agua, es un refugio que brinda una experiencia excepcional.
La región del macizo del Estérel, con sus montañas rocosas de color rojizo que descienden hasta las aguas centelleantes, es una de las joyas de la corona de la Costa Azul. Sus paisajes ofrecen impresionantes vistas al mar y son el punto de partida ideal para explorar el sur de Francia: baños en calas solitarias, paseos por fragantes brezales, excursiones en barco por la emblemática Corniche d'Or... Es aquí, en este entorno virgen, donde Les Rouches Rouges se erige con discreción y elegancia. Además de su privilegiada ubicación en Saint-Raphaël, el hotel cuenta con un embarcadero privado y acceso directo al mar para permitir una inmersión aún más profunda en la naturaleza. Bañado por el sol y a orillas del agua, es un refugio que brinda una experiencia excepcional.
Entre el mar y la montaña, la región de Saint-Raphaël está repleta de paisajes agrestes en los que vivir agradables aventuras al ritmo tranquilo que marca el sol mediterráneo.
El macizo del Estérel, con sus rocosos acantilados rojos sobre las aguas de color celeste, crea uno de los telones de fondo más impresionantes de la Costa Azul. Declarado sitio Natura 2000, su terreno volcánico puede recorrerse a pie, en bicicleta o a caballo. A cada paso, el Estérel promete nuevos descubrimientos: cumbres panorámicas, senderos costeros, vistas espectaculares del Mediterráneo...
Los 36 kilómetros de costa alrededor de Saint-Raphaël, salpicados por 28 playas, muestran la extraordinaria diversidad de la Costa Azul, donde la naturaleza mediterránea reina entre pinos perfumados, calas escondidas y bahías recónditas.
Al amanecer o al atardecer, ¿por qué no recorrer la costa en una tabla de paddle surf o deslizarse por el agua en un kayak para contemplar el Estérel desde el mar? Quienes deseen explorar las profundidades descubrirán todo un mundo de tesoros ocultos al practicar buceo y snorkel en Saint-Raphaël: cuevas submarinas, peces coloridos y una vida marina fascinante.
Entre el mar y la montaña, la región de Saint-Raphaël está repleta de paisajes agrestes en los que vivir agradables aventuras al ritmo tranquilo que marca el sol mediterráneo.
El macizo del Estérel, con sus rocosos acantilados rojos sobre las aguas de color celeste, crea uno de los telones de fondo más impresionantes de la Costa Azul. Declarado sitio Natura 2000, su terreno volcánico puede recorrerse a pie, en bicicleta o a caballo. A cada paso, el Estérel promete nuevos descubrimientos: cumbres panorámicas, senderos costeros, vistas espectaculares del Mediterráneo...
Los 36 kilómetros de costa alrededor de Saint-Raphaël, salpicados por 28 playas, muestran la extraordinaria diversidad de la Costa Azul, donde la naturaleza mediterránea reina entre pinos perfumados, calas escondidas y bahías recónditas.
Al amanecer o al atardecer, ¿por qué no recorrer la costa en una tabla de paddle surf o deslizarse por el agua en un kayak para contemplar el Estérel desde el mar? Quienes deseen explorar las profundidades descubrirán todo un mundo de tesoros ocultos al practicar buceo y snorkel en Saint-Raphaël: cuevas submarinas, peces coloridos y una vida marina fascinante.
La cautivadora Île d'Or, una isla privada situada frente al hotel, inspiró la La isla Negra, una de las historietas de la serie «Las aventuras de Tintín», del dibujante belga Hergé. Cap Dramont, con sus acantilados rojizos y sus pinos piñoneros, ofrece unas vistas magníficas del puerto de Agay.
El sendero costero de Santa Lucía a Agay sigue el antiguo camino de los aduaneros, serpenteando entre ensenadas rocosas y playas de arena. Esta preciosa ruta permite descubrir la flora y fauna mediterráneas.
Esta espectacular carretera costera discurre a lo largo de las curvas naturales del terreno. Puede explorar esta impresionante ruta de la Costa Azul en coche, tren o autobús.
La cautivadora Île d'Or, una isla privada situada frente al hotel, inspiró la La isla Negra, una de las historietas de la serie «Las aventuras de Tintín», del dibujante belga Hergé. Cap Dramont, con sus acantilados rojizos y sus pinos piñoneros, ofrece unas vistas magníficas del puerto de Agay.
El sendero costero de Santa Lucía a Agay sigue el antiguo camino de los aduaneros, serpenteando entre ensenadas rocosas y playas de arena. Esta preciosa ruta permite descubrir la flora y fauna mediterráneas.
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Con tres playas de arena, fácil acceso al mar y una bahía protegida, Agay es un puerto natural y la puerta de entrada al Estérel, popular desde la antigüedad.
La roca de Saint-Barthélemy es un monolito emblemático que domina el paisaje. Las vistas de la costa desde la cima son impresionantes.
Con tres playas de arena, fácil acceso al mar y una bahía protegida, Agay es un puerto natural y la puerta de entrada al Estérel, popular desde la antigüedad.
La roca de Saint-Barthélemy es un monolito emblemático que domina el paisaje. Las vistas de la costa desde la cima son impresionantes.
Un recorrido por el Chemin de Mémoire (el «Camino de la Memoria») a través de diez lugares que rememoran los acontecimientos del 15 de agosto de 1944.
Saint-Raphaël tiene todo el encanto de un pueblo de la Costa Azul, con callejuelas estrechas y un mercado diario en el que se venden flores, fruta y verdura cultivadas en la zona.
Un recorrido por el Chemin de Mémoire (el «Camino de la Memoria») a través de diez lugares que rememoran los acontecimientos del 15 de agosto de 1944.
Saint-Raphaël tiene todo el encanto de un pueblo de la Costa Azul, con callejuelas estrechas y un mercado diario en el que se venden flores, fruta y verdura cultivadas en la zona.
Situado en la impresionante Corniche d'Or, Les Rouches Rouges le permite alojarse lo más cerca posible del mar Mediterráneo. Zambúllase directamente en el agua desde el embarcadero privado del hotel –un lujo poco frecuente en la Costa Azul– y aproveche al máximo este excepcional acceso al mar en Saint-Raphaël para nadar, navegar en kayak o incluso llegar en barco para comer o cenar. Aquí, la vida se desarrolla junto al agua, al ritmo de las olas y de la luz dorada del sur de Francia, entre la playa y las dos piscinas (una excavada en la roca, la otra diseñada para hacer largos), donde las tumbonas están perfectamente colocadas mirando al horizonte. En la cocina, el chef Alexandre Baule elabora sus refinados platos con ingredientes locales, inspirándose en la tierra y el mar. Guiado por las estaciones, transforma los productos del día (pescado mediterráneo, productos frescos y verduras de la región) en creaciones delicadas y vibrantes. Los tres restaurantes distintivos del hotel invitan a los huéspedes a explorar distintas expresiones de esta cocina mediterránea y sostenible: el restaurante gourmet Récif, la terraza frente al mar Estelo, y La Chicoula, el animado bar al aire libre, donde se puede disfrutar de aperitivos ligeros a la sombra de los pinos o directamente en la tumbona, a cualquier hora del día. Ninguna visita a esta región está completa sin degustar sus vinos, cuidadosamente seleccionados por su capacidad para transmitir el carácter soleado y rico en minerales de esta tierra radiante.
Situado en la impresionante Corniche d'Or, Les Rouches Rouges le permite alojarse lo más cerca posible del mar Mediterráneo. Zambúllase directamente en el agua desde el embarcadero privado del hotel –un lujo poco frecuente en la Costa Azul– y aproveche al máximo este excepcional acceso al mar en Saint-Raphaël para nadar, navegar en kayak o incluso llegar en barco para comer o cenar. Aquí, la vida se desarrolla junto al agua, al ritmo de las olas y de la luz dorada del sur de Francia, entre la playa y las dos piscinas (una excavada en la roca, la otra diseñada para hacer largos), donde las tumbonas están perfectamente colocadas mirando al horizonte. En la cocina, el chef Alexandre Baule elabora sus refinados platos con ingredientes locales, inspirándose en la tierra y el mar. Guiado por las estaciones, transforma los productos del día (pescado mediterráneo, productos frescos y verduras de la región) en creaciones delicadas y vibrantes. Los tres restaurantes distintivos del hotel invitan a los huéspedes a explorar distintas expresiones de esta cocina mediterránea y sostenible: el restaurante gourmet Récif, la terraza frente al mar Estelo, y La Chicoula, el animado bar al aire libre, donde se puede disfrutar de aperitivos ligeros a la sombra de los pinos o directamente en la tumbona, a cualquier hora del día. Ninguna visita a esta región está completa sin degustar sus vinos, cuidadosamente seleccionados por su capacidad para transmitir el carácter soleado y rico en minerales de esta tierra radiante.
Cada uno de los hoteles de Beaumier invita a sus huéspedes a explorar sumergiéndose en la cultura y la belleza natural de la zona. Aquí, el mar Mediterráneo lo envuelve todo. Desde el hotel, puede embarcarse en una excursión a las islas de Lérins o a Saint-Tropez, navegar por la costa, maravillarse con las calas escondidas, contemplar las villas de la belle époque que salpican la orilla o sumergirse en el agua para explorar las cuevas submarinas del Estérel. De vuelta a tierra, únase a nuestro guía para recorrer en bicicleta o a pie los escarpados senderos del macizo, donde disfrutará de vistas espectaculares a cada paso. El sendero costero, que serpentea entre calas, pinos y acantilados rojizos, también es fácilmente accesible desde el hotel. Para correr aún más aventuras, llévese un pícnic preparado especialmente para usted por el personal de nuestro hotel y saboree cada bocado mientras contempla el mar. Viva su viaje por la Costa Azul al estilo Beaumier, en Les Roches Rouges. Aproveche al máximo su estancia con nuestra cuidada selección de actividades habituales, como sesiones de Pilates, yoga y sound healing, además de talleres de acuarela. Al caer el sol, disfrute del ritmo de la música en directo en La Chicoula o viva la magia del cine junto al agua, bajo el cielo estrellado.
Esto es la Costa Azul al estilo Beaumier: una invitación a descubrir la región desde una nueva perspectiva, con privacidad y al lado del mar, en un marco extraordinario que se convierte en el escenario de su propia historia.
Cada uno de los hoteles de Beaumier invita a sus huéspedes a explorar sumergiéndose en la cultura y la belleza natural de la zona. Aquí, el mar Mediterráneo lo envuelve todo. Desde el hotel, puede embarcarse en una excursión a las islas de Lérins o a Saint-Tropez, navegar por la costa, maravillarse con las calas escondidas, contemplar las villas de la belle époque que salpican la orilla o sumergirse en el agua para explorar las cuevas submarinas del Estérel. De vuelta a tierra, únase a nuestro guía para recorrer en bicicleta o a pie los escarpados senderos del macizo, donde disfrutará de vistas espectaculares a cada paso. El sendero costero, que serpentea entre calas, pinos y acantilados rojizos, también es fácilmente accesible desde el hotel. Para correr aún más aventuras, llévese un pícnic preparado especialmente para usted por el personal de nuestro hotel y saboree cada bocado mientras contempla el mar. Viva su viaje por la Costa Azul al estilo Beaumier, en Les Roches Rouges. Aproveche al máximo su estancia con nuestra cuidada selección de actividades habituales, como sesiones de Pilates, yoga y sound healing, además de talleres de acuarela. Al caer el sol, disfrute del ritmo de la música en directo en La Chicoula o viva la magia del cine junto al agua, bajo el cielo estrellado.
Esto es la Costa Azul al estilo Beaumier: una invitación a descubrir la región desde una nueva perspectiva, con privacidad y al lado del mar, en un marco extraordinario que se convierte en el escenario de su propia historia.
